Victoria Benedict, la dueña de una papelería en Atlanta que ha votado por correo durante años, se sorprendió el mes pasado cuando entró al sitio web del secretario de estado de Georgia y descubrió que su boleta había sido rechazada. Un problema con su firma –el estado dijo que la de su boleta no concordaba con la que tenía en sus archivos – la embarcó en una odisea durante días para asegurarse de que su voto iba a ser contado.
Funcionarios del condado le dijeron que tendría que presentarse en la oficina local de elecciones para firmar su boleta o votar en persona el 3 de noviembre. Ambas opciones iban a poner en riesgo su salud durante una pandemia. Así que, siguiendo el consejo de un amigo que trabaja como voluntario con el partido Demócrata del estado, rellenó un formulario conocido como declaración de subsanación de boletas. Esta vez su voto fue aceptado.
“Supe cómo presionar,” dijo Benedict. “Pero me preocupa que otros votantes que no puedan queden descartados”.
La ola azul ampliamente pronosticada por los sondeos nunca llegó a concretarse el martes. Ahora, los márgenes inesperadamente estrechos en estados claves, combinados con un enorme aumento en votos por correo, están enfocando la atención en el esotérico proceso de “subsanar” boletas, en el cual la gente cuyas boletas por correo fueron rechazadas por problemas con las firmas u otros reciben una segunda oportunidad. Como los boletas por correo en muchos estados se inclinan hacia el partido demócrata, se cree que subsanarlas para que cuenten beneficia al exvicepresidente Joe Biden.
“El proceso de subsanación va a ser muy importante para muchos estados con elecciones reñidas”, aseguró Amber McReynolds, directora ejecutiva del grupo de promoción del voto Vote At Home (Votar en Casa), que documenta los índices de rechazo y sugiere las mejores prácticas con que los estados pueden corregir boletas rechazadas.
Incluso unas cuantas miles de boletas subsanadas podrían potencialmente afectar el resultado en estados que todavía están en juego en la carrera presidencial. Además de otros aspectos del proceso del voto por correo, la subsanación es ahora el blanco de ataques del partido Republicano. Los republicanos ya han presentado demandas legales en Pennsylvania para bloquear el conteo de boletas subsanadas. En muchos estados, los votantes no entregan sus boletas corregidas hasta una semana después del día de las elecciones, lo que podría potencialmente postergar una tabulación final. Mientras tanto, trabajadores de la campaña de Biden están concentrados en un operativo postelectoral para obtener votos, llamando y mandando mensajes de texto a estos votantes y alentándoles a subsanar sus boletas rechazadas.
Aunque el término puede ser nuevo para muchos votantes, la subsanación de boletas rechazadas ha sido parte del proceso electoral estadounidense durante décadas. “Tenemos que dejar a los administradores de las elecciones terminar su trabajo,” dijo Ben Hoyland, el presidente de la U.S. Election Assistance Commission (Comisión de Ayuda a Elecciones de Estados Unidos). Hoyland es un demócrata que fue nombrado por el Presidente Donald Trump. “El proceso de corregirlas es sencillamente parte del conteo, como siempre ha sido, y necesitamos que los profesionales terminen el conteo y certifiquen el resultado”.
Las reglas para la subsanación de las boletas varían de un estado a otro. En Wisconsin y Michigan, las boletas subsanadas deben ser devueltas antes de o en el día de las elecciones. En Carolina del Norte y Nevada, se puede corregir las boletas hasta una semana o más después de la elección. En Michigan y Georgia, los funcionarios electorales deben avisar a los votantes que sus boletas han sido rechazadas, dándoles una oportunidad para subsanarlas; la legislatura de Michigan añadió esa obligación en este otoño, después de que cientos de boletas que podían corregirse fueron rechazadas en su primaria de agosto. En Wisconsin, que el votante sea avisado de sus errores solo es una recomendación, como era en Carolina del Norte hasta agosto, cuando un juez federal ordenó que la junta de elecciones debe ofrecer un proceso de subsanación de boletas.
En Nevada, 3,536 boletas han sido rechazadas por problemas con las firmas desde la tarde del martes, según el secretario de estado. Estos votantes tienen hasta el 12 de noviembre para corregir sus boletas y que así se puedan contar.
El número de boletas rechazadas en Nevada podría aumentar porque los funcionarios todavía están recopilando boletas por correo de buzones de entrega y del servicio postal federal. Y podría importar si son subsanadas o no, porque Biden en este momento va ganando en el estado por menos de 8,000 votos. Funcionarios electorales dijeron que iban a anunciar más resultados la noche del miércoles.
Los condados suministran a los partidos las listas de votantes cuyos boletas fueron rechazadas. Los demócratas en Nevada están organizando a cientos de trabajadores y voluntarios para recordarles a los votantes que corrijan sus boletas antes de la fecha límite, según Molly Forgey, portavoz del partido estatal. Los demócratas ya han arreglado exitosamente 2,340 boletas, comparados con 825 republicanos y 1,354 independientes, según datos del secretario de estado.
El partido Republicano de Nevada no respondió a una solicitud para comentarios. En una declaración escrita, el partido se quejó de que no se le permitía observar o impugnar el cotejo de firmas. El partido Republicano ha presentado una denuncia legal para frenar el recuento de boletas en Clark, el condado más grande y demócrata del estado, pero un juez rechazó la solicitud de los republicanos para una orden de restricción temporal.
Los republicanos en Pennsylvania han impugnado la subsanación de boletas en denuncias legales presentadas en cortes federales y estatales.
En Pennsylvania, un votante cuya boleta fue rechazada no puede enviar por correo una nueva. La subsanación toma otra forma. El secretario de estado emitió unas pautas el 21 octubre explicando que los votantes cuyas boletas en ausencia fueron rechazadas por juntas electorales del condado podrían recibir una boleta provisional el día de las elecciones. La junta electoral del condado determinaría más adelante si se debería de contar esa boleta, según esas pautas.
En la noche del martes, el legislador Mike Kelly, un republicano que representa el extremo noroeste del estado, y otros demandaron al secretario de estado en la corte de la Commonwealth (Mancomunidad) de Pennsylvania a causa de esas pautas. La denuncia aspira a bloquear la subsanación de las boletas rechazadas por medio de la votación con boletas provisionales.
No queda claro cuántas boletas de este tipo existen, y un portavoz del secretario de estado se negó a comentar, citando el litigio pendiente.
En una denuncia federal separada que impugna 98 boletas subsanadas en el condado de Montgomery, un juez parecía impasible a los argumentos presentados por abogados republicanos en una audiencia en la mañana del miércoles en Philadelphia. El caso sigue pendiente.
“En conjunto, estas demandas equivalen a un argumento que puede resumir así: ’Los votantes tienen una oportunidad, y si cometen un error, qué lástima’”, dijo Michelle Kanter Cohen, abogada principal del Centro de Elecciones Justas, una organizacion que no es partidista. “Esta no es la manera de abordar nuestros derechos fundamentales en una democracia".
En Georgia, cualquier votante cuya boleta es rechazada es notificado por el condado y entonces tendrá hasta el viernes para completar un formulario de subsanación que permitirá la validación de su firma. La ley obliga a los oficiales del conteo a contactar a los votantes por teléfono o correo electrónico, y deben mandar una carta con instrucciones si la información de contacto del votante no está disponible. Gabriel Sterling, un funcionario del estado que maneja el equipo de votación de Georgia, estimó en la tarde del lunes que el estado iba a rechazar aproximadamente 3,000 boletas.
McReynolds dijo que Vote At Home cree que la elección de Georgia se decidirá por un margen tan pequeño como 1,000 votos, lo que hace que incluso un número limitado de votos sea crucial para el resultado final. Ni la campaña de Trump ni la de Biden han solicitado los nombres de los votantes cuyos boletas fueron rechazadas, pero el estado lo hará si se le pide, dijo Jordan Fuchs, el subsecretario de estado de Georgia.
Carolina del Norte contará hasta el día 12 de noviembre boletas subsanadas además de boletas de votación en ausencia que llevan matasellos de antes del día de las elecciones, una fecha límite ampliada que fue confirmada por la Corte Suprema federal a finales de octubre a pesar de dos intentos separados de los republicanos para bloquear la extensión.
Datos de la junta estatal de elecciones el martes indicaban que 6,148 votantes han subsanado sus boletas hasta ahora, y hay unos 6,947 votantes adicionales cuyas boletas están “esperando subsanación.” Barack Obama ganó el estado en 2008 por 14,177 votos. La junta ha informado que Trump está ganando por 76,701 votos, y 117,000 boletas de votación en ausencia fueron solicitadas por los electores y todavía no han sido devueltas.
La campaña de Biden ha organizado a través del grupo Fight for NC (Lucha por Carolina del Norte) batidas postelectorales puerta a puerta y llamadas telefónicas masivas para alentar a los votantes a subsanar sus boletas rechazadas. Laurel Birch Kilgore, la directora ejecutiva de la sección del partido Demócrata en el condado de Wake, el más poblado del estado, dijo que había planeado tomar libre el día después de la elección, pero en vez de eso ha estado trabajando para reclutar voluntarios a fin de solicitar votos. Los intentos de contactar con el partido Republicano de Carolina del Norte para obtener sus comentarios no tuvieron éxito.
Los votantes cuyas boletas necesitan ser subsanadas suelen ser relativamente jóvenes. Estos electores son desproporcionadamente propensos a tener sus firmas rechazadas porque tienen menos firmas en los archivos del estado—o en el departamento de automóviles o en la oficina electoral– para cotejar. “En promedio, los residentes de Colorado tienen como ocho firmas en los archivos, pero la gente joven puede tener cero o una o dos,” dijo Jenna Griswold, la secretaria de estado de Colorado. “Entonces, su tasa de rechazo va a ser más alto – puede ser hasta el triple que el de los votantes mayores, pero a medida que envejeces la media va bajando”.
Izzy Bronstein, una organizadora de campo para Common Cause, dijo que la subsanación es más frecuente donde es fácil, como en Florida, donde se puede hacer principalmente por internet. Añadió que el proceso puede ser especialmente impactante en elecciones estatales y locales: “En una elección presidencial, una sola boleta a veces no va a cambiar nada, pero en una elección al consejo municipal, puede que sí.”
Beena Raghavendran, Ariana Tobin, Ian MacDougall, Derek Willis y Rachel Glickhouse contribuyeron como reporteros.
Traducción de Carmen Méndez, Edición por Ivette Leyva