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El 23 de octubre ProPublica publicó un artículo que examinaba de cerca al Center for Voter Information (Centro para Información del Votante, CVI por sus siglas en inglés), que junto a su organización hermana, el Voter Participation Center (Centro para la Participación del Votante), está llevando a cabo una campaña masiva para registrar votantes y promover el voto por correo.
Votantes de diferentes estados dijeron a ProPublica que las cartas del CVI, las cuales pueden confundirse con documentos enviados por gobiernos estatales o locales, los dejaron desorientados o preocupados. En un año tenso y sin precedentes para los sistemas de votación de Estados Unidos, funcionarios electorales en ambos partidos dicen que las cartas han generado trabajo adicional para sus oficinas y han ocasionado un aluvión de llamadas de votantes confundidos.
Durante años, funcionarios estatales y locales se han quejado de que las cartas del CVI contienen información incorrecta y errores evitables. En un caso este año, el CVI envió a votantes de Carolina del Norte solicitudes de boletas con el nombre y la dirección de los votantes ya rellenados, pese a las que solicitudes previamente rellenadas fueron prohibidas por la legislatura estatal en 2019.
Debido a que el CVI ha divulgado ampliamente sus cartas dirigidas a nosotros después de la publicación de nuestro reportaje, nos gustaría responder aquí a algunas de las críticas específicas expresadas por su CEO (director ejecutivo), Tom Lopach, y exponer partes clave de este intercambio ante nuestros lectores.
En un correo electrónico del 25 de octubre, Lopach dijo que nuestro artículo “exagera la importancia de un número de errores comunes relativamente pequeño en cualquier organización que envía decenas de millones de piezas de correo cada año…”
En realidad, nuestra historia cita directamente la tasa de error del CVI, y creemos que colocamos el trabajo del CVI y los estudios académicos relacionados en un contexto justo. Ha habido preocupación sobre los errores en las cartas del CVI durante mucho tiempo; no somos el primer medio de noticias que cubre estos fallos.
Durante una época de gran ansiedad entre el electorado, nuestro informe muestra que las cartas del CVI han confundido a algunos votantes, sobrecargado a los funcionarios electorales con trabajo adicional, y creado confusión para algunos agentes electorales. Estos hechos no están en disputa.
En un correo electrónico del 27 de octubre, Lopach discrepó de nuestra información sobre las interacciones del CVI con funcionarios de Kentucky:
“...sus reporteros nunca me comentaron que habían hablado con Jared Dearing, el director de elecciones de la junta estatal de elecciones de Kentucky. Nunca hicieron ninguna pregunta acerca de nuestros esfuerzos en Kentucky relacionados con nuestro programa de votación por correo. Si lo hubieran hecho -lo cual habría sido el enfoque justo- habríamos presentado gustosamente evidencia de nuestra llamada telefónica con el Sr. Dearing y habríamos suministrado pruebas a ProPublica de cómo habíamos cedido a su requerimiento. Tomamos la decisión de no enviar ninguna solicitud de voto por correo en Kentucky después de que el Sr. Dearing advirtiera que su sistema no podía manejar la cantidad de solicitudes para votar por correo que generaríamos”.
En un correo electrónico con fecha del 13 de octubre, nuestros reporteros preguntaron al Sr. Lopach acerca de las operaciones del CVI en Kentucky y Florida.
La pregunta fue: “Varios funcionarios locales (Kentucky, Florida) han dicho que están intentando explorar algún tipo de acción legal contra el CVI. ¿Qué le parecen estos comentarios, y piensa usted que eventualmente obligarán a su organización a hacer cambios? ¿Cree usted que estas amenazas tienen una base legal?”
En respuesta a esa pregunta, Lopach nos mandó una declaración de 826 palabras que incluía un comunicado de prensa anterior en que acusaba al Secretario de Estado de Kentucky, Michael Adams, y al Fiscal General, Daniel Cameron, de “un intento vergonzoso de privar de sus derechos” a los votantes. Parte de la respuesta de Lopach fue citada directamente en nuestro reportaje.
Lopach alega que el CVI informó a funcionarios de Kentucky de su decisión de no enviar solicitudes de boletas postales a votantes del estado. Pero Dearing nos dijo que aunque el CVI escuchó sus quejas sobre las solicitudes de boletas por correo, de todos modos decidió enviar formularios de registro a votantes allí.
Dearing declaró a ProPublica que se oponía tajantemente a la manera de proceder del CVI tanto con los formularios de registro de votantes como con las solicitudes de boletas por correo, un sentimiento compartido por algunos funcionarios electorales en otros estados y que Dearing afirma haber comunicado muchas veces al CVI a través de los años.
Como hemos informado, después de los envíos por correo del CVI este año, “la oficina de Dearing se vio atestada de llamadas, incluidas muchas de electores de toda la vida que se preocuparon por haber sido eliminados de alguna manera de las listas”.
Lopach dijo que el CVI manda las cartas a funcionarios electorales antes de distribuirlas ampliamente, pero esto no es lo mismo que obtener su permiso, cooperación o comprensión.
En un correo electrónico a ProPublica, Lopach sugirió que las preocupaciones de Dearing sobre las solicitudes de boletas por correo pueden haber sido “un esfuerzo para suprimir votos.”
Hemos hecho una clarificación en nuestro artículo para indicar que el CVI decidió al final no enviar solicitudes de boletas por correo a votantes en Kentucky pero continuó enviando formularios para el registro de votantes.
En un correo electrónico a ProPublica el 28 de octubre, Lopach mencionó que sus archivos indican que Gerry Cohen, un miembro demócrata de una junta electoral en un condado de Carolina del Norte cuyas quejas sobre el CVI fueron citadas al principio del reportaje, solo recibió una carta y que su esposa recibió cinco.
Cohen, quien imparte cursos sobre ley electoral en la Universidad Duke, nos dijo que él y su mujer recibieron al menos siete solicitudes de boletas postales del CVI. Lopach, mientras tanto, insiste que los registros del CVI muestran que solo se envió una carta a Cohen y cinco a su mujer, para un total de seis. Hemos actualizado nuestro reportaje para reflejar esa información.
El CVI se presenta como una organización no partidista, pero algunas de sus actividades, especialmente recientes, cuestionan esa premisa.
El CVI es una organización 501 (c) (4), [lo que permite](https://www.irs.gov/charities-non-profits/other-non-profits/social-welfare-organizations#:~:text=Thus, a section 501(c,without jeopardizing its exempt status.) a la entidad sin fines de lucro participar en alguna actividad política. ProPublica ha informado en el pasado sobre el aluvión de dinero político que fluye hacia algunos de estos grupos. Legalmente, se les permite hacer gastos políticos y mantener privados los nombres de sus donantes si la política no es la “actividad primaria” de la organización.
El CVI se describe como una organización no partidista.
Desde 2005 hasta este mes, el CVI reportó a la Comisión Federal Electoral (FEC, por sus siglas en inglés) más de $780,000 dólares en gastos políticos, para oponerse a candidatos republicanos o para apoyar a candidatos demócratas.
El 25 de octubre, dos días después de que nuestro artículo fuera publicado, el CVI informó haber gastado $495,340 más en cartas y servicios directos para apoyar al ex vicepresidente Joe Biden.
Además, varias cartas del CVI que comparan a los candidatos parecen fomentar más preguntas sobre la neutralidad de la organización. Esta carta que lleva el nombre del CVI compara al Presidente Donald Trump con Biden de una manera que deja claro cuál candidato los votantes deberían seleccionar, según el criterio de la organización.
Cuando se le preguntó sobre las cartas la semana pasada, Lopach dijo en una declaración escrita que están basadas en informaciones obtenidas de fuentes públicas y buscan ayudar a los votantes a hacer sus propias elecciones. “No se respalda a nadie y las cartas del CVI no toman una posición partidista,” aseguró Lopach.
“En momentos en que el COVID-19 afecta las elecciones,” abundó, “tenemos una responsabilidad de hacer todo lo que podamos para aumentar de manera segura la participación de los votantes en esta época incierta. Nuestra meta es asegurar que los votantes calificados están informados y plenamente comprometidos con el proceso democrático. Esas cartas son herramientas útiles, especialmente porque las visitas a domicilio para fomentar la participación están suspendidas en su mayoría. En nuestra historia, estamos orgullosos de informar que hemos ayudado a más de 5 millones de personas a registrarse para votar, y hemos ayudado a muchos más a votar desde casa o en persona en este año electoral crucial”.
Al preguntársele por los gastos políticos del CVI, Lopach dijo que la entidad opera de forma parecida a algunas organizaciones no partidistas, y citó a la Humane Society, que ha hecho gastos independientes para apoyar a candidatos específicos. Dicho esto, este año Humane Society Legislative Fund, la entidad 501 (c) (4) de la organización, ha gastado en apoyar tanto a demócratas como a republicanos.
“Su pregunta refleja cierta ignorancia de cómo las organizaciones 501 (c) (4) operan legalmente,” dijo Lopach en una declaración escrita. “Docenas de organizaciones sin fines de lucro convencionales frecuentemente hacen los llamados Gastos Independientes que la FEC denomina como “por” o “contra” un partido político o candidato. Sin embargo, el [Servicio de Renta Interna] IRS (y grandes medios de noticias) consideran aún correctamente a estas organizaciones como no partidistas”.
De forma más drástica, en un correo electrónico del 25 de octubre, Lopach escribió: “El reportaje deja a este lector preocupado acerca de su comprensión sobre los problemas reales que encaran los votantes de este país, y quién es responsable de ellos.”
ProPublica tiene un largo historial en el ejercicio de un periodismo que exige responsabilidades sobre temas de votación.
A continuación una muestra del trabajo que hemos hecho en los últimos años sobre el sistema electoral Estados Unidos e intentos para suprimir votos:
With All Eyes on Wisconsin, Partisan Gridlock at State Elections Commission Frustrates Voters and Local Officials — 26 de octubre de 2020
Pennsylvania’s New Vote-by-Mail Law Expands Access for Everyone Except the Poor — 22 de octubre de 2020
Why Do Nonwhite Georgia Voters Have to Wait in Line for Hours? Their Numbers Have Soared, and Their Polling Places Have Dwindled. — 17 de octubre de 2020
In Florida, the Gutting of a Landmark Law Leaves Few Felons Likely to Vote — 7 de octubre de 2020
How Voter-Fraud Hysteria and Partisan Bickering Ate Estados Unidosn Election Oversight — 22 de julio de 2020
“Outright Lies”: Voting Misinformation Flourishes on Facebook — 16 de julio de 2020
A Conservative Legal Group Significantly Miscalculated Data in a Report on Mail-In Voting — 2 de mayo de 2020
Georgia Voters Face Hourslong Waits as State Scrambles to Accommodate Turnout — 6 de noviembre de 2018
Election Commission Documents Cast Doubt on Trump’s Claims of Voter Fraud — 3 de agosto de 2018
How the Case for Voter Fraud Was Tested — and Utterly Failed — 19 de junio de 2018
A Short History of the Brief and Bumpy Life of the Voting Fraud Commission — 4 de enero de 2018
Texas Voter ID Law Led to Fears and Failures in 2016 Election — 2 de mayo de 2017
There’s No Evidence Our Election Was Rigged — 28 de noviembre de 2016
Traducción de Carmen Méndez, Edición de Ivette Leyva